En el nuevo registro de capturas de lepidópteros plaga se contabilizaron un promedio en total de 61 ejemplares diarios de mariposas en la trampa de luz, siendo la Isoca bolillera de la soja la más encontrada. El informe elaborado por la Chacra Experimental Integrada Barrow
En la continuidad de la tarea de relevamiento de capturas de lepidópteros plaga asociados a cultivos agrícolas mediante trampa de luz en la Chacra Experimental Integrada Barrow, se informó que desde el 8 al 14 de febrero se contabilizaron un promedio de 61 ejemplares diarios de mariposas.
“Las capturas de Helicoverpa gelotopoeon ‘Isoca bolillera de la soja’ representó el 28% del total de las capturas, mientras que para Faronta albilinea ‘Oruga desgranadora’ las capturas fueron del 18% y para Elasmopalpus lignocellus ‘barrenador menor del maíz’ sus capturas quedaron representadas por el 15% del total”, indicaron los técnicos de la Chacra Experimental Integrada Barrow.

También fueron capturadas Pseudoletia adultera “Oruga militar verdadera” y Helicoverpa zea “Isoca de la espiga del maíz” con un 11 y 10% del total de capturas respectivamente.
Con un promedio de 3% de los conteos diarios se contabilizo Hypercompe indecisa “Gata peluda de los almácigos y con 1% aproximadamente, se hallaron: Hyles livornica “Esfinge”, Pseudoplusia includens “Falsa medidora”, Rachiplusia nu “Isoca medidora” y Agrotis malefida “Oruga aspera”.
Se recolectaron además ejemplares que no son plagas de la agricultura y otros mal conservados en un 8% del total, detalla el trabajo del que también forma parte el Centro Regional de Ingenieros Agrónomos de Tres Arroyos.
A continuación, se presenta la tabla de captura semanal, donde se pudo observar menor cantidad de individuos con una mayor de diversidad de especies encontradas:

Alerta sojera
“Helicoverpa gelotopoeon ‘Oruga bolillera de la soja’ se trata de un lepidóptero, noctuidae de la subfamilia Heliotinae. Ha sido descripta como una de las más voraces que afectan al cultivo de soja, garbanzo, algodón, alfalfa entre otros. Algunas especies de este Complejo han desarrollado resistencia a cultivos genéticamente modificados e insecticidas, motivo por el cual se incrementó el interés sobre la biología, diversidad genética y estructuración poblacional de H. gelotopoeon”, explica el trabajo difundido por la Chacra y el CRIATA.
“Las hembras de H. gelotopoeon depositan sus huevos individualmente en los brotes terminales de los cultivos. Los huevos son de color blanco perlado, estriados y de 0,5 mm de diámetro aproximadamente. El periodo embrionario es de tres días. De estos huevos nacen larvas de color oscuro”, se indica.

“Las larvas de esta especie presentan cinco estadios, alcanzando un tamaño entre 35 y 40 mm al final de su período larval, el cual se desarrolla entre 15 y 20 días. La larva tiene cuerpo de grosor uniforme, segmentos bien marcados y el último segmento abdominal tiene una caída particular en ángulo de 45 grados. La coloración es variable según el régimen alimenticio, desde castaño verdoso a castaño oscuro (figura 1). Su cuerpo está cubierto de setas largas y claras. Se destaca a lo largo del cuerpo una banda lateral amarilla de forma zigzagueante y cuando cae al suelo, presenta el hábito de enroscarse en espiral sobre sí misma”, agrega el informe.
“Posteriormente las larvas pupan en el suelo, siendo este el estadio en el que pasan las condiciones adversas durante el invierno. El adulto presenta las alas anteriores de color castaño amarillento, con una tenue banda subterminal y una mancha orbicular parda oscura. Las alas posteriores son de color castaño claro. Esta especie completa su ciclo en aproximadamente 30 o 40 días”, se indica.
Por otra parte, según investigaciones efectuadas por investigadores de INTA Marcos Juárez, las temperaturas y las precipitaciones afectan directamente el comportamiento, la tasa de reproducción y los hábitos alimentarios de los insectos plaga. En especial, aquellos que transcurren parte de su ciclo en el suelo.
Los factores climáticos modulan la biología de los organismos de modo diferencial, por ejemplo, las polillas y sus estados inmaduros se vieron afectadas por La Niña, con un periodo de baja presencia de desfoliadoras claves como la oruga medidora de soja, pero con aumentos de población y daños de la bolillera.