Se inicia la octava edición de “Sembrando Fututo”, el proyecto de huertas escolares que impulsa la cooperativa y que en este 2025 sumará tres instituciones más al programa que entonces se implementará en 14 escuelas primarias de la ciudad. “Se busca que los chicos aprendan lo que es un proceso biológico y a cultivar la paciencia en estos tiempos de inmediatez”, explicó el gerente Alex Vejrup
Con la novedad que se suman tres escuelas más logrando de esa manera que el proyecto alcance a 14 de las 20 instituciones educativas de la ciudad, esta semana se pone en marcha la octava edición de “Sembrando Futuro”, el programa de huertas escolares para chicos de sexto año de nivel inicial que impulsa la Cooperativa Rural Alfa con el objetivo de hacer un aporte a la comunidad. Esta nueva expansión a más entidades generó la necesidad de sumar dos agrónomas más al equipo de trabajo que comanda la ingeniera Ana Jensen, mentora del plan, que ahora estará integrado por cinco ingenieras.

“El programa va creciendo año tras año pero no pierde la esencia, que es que la cooperativa haga un aporte en lo social y que los chicos que participan se lleven una idea de cómo trabajar la tierra y también aprendan a cultivar la paciencia”, explica Alex Vejrup, gerente de Alfa.
“Porque la huerta no se hace de un día para el otro. Tenés que trabajar la tierra, poner la semilla, ver cómo se desarrolla, sacar maleza y después cosechar. Entonces te enseña a cultivar la paciencia y lo que es son los procesos biológicos, que llevan tiempo, que no todo puede suceder de inmediato se pretende hoy en día”, agrega.
“Eso es un aprendizaje también. A los chicos se les enseña a hacer la huerta, pero indirectamente les mostrás que no todo es inmediato. Y también el proyecto hace que los alumnos tengan un objetivo: cosechar. Eso es una gran motivación para ellos, que empiezan a darse cuenta lo importante que es tener objetivos. Además de que les inculcás el cuidado del medio ambiente y que pueden producir sus propios alimentos”, completa.
Luego de aclarar que es un proyecto que por ahora se ha pensado para las escuelas de la ciudad cabecera, el gerente contó que el desafío que tienen por delante es llegar en 2027, cuando el programa cumpla una década, a estar presente en las 20 instituciones primarias de Tres Arroyos. Una de las materias pendientes que Vejrup entiende que tiene la propuesta es la participación de los socios de la cooperativa. “Estaría bueno que puedan acercarse durante el año a ver las huertas y cómo trabajan los alumnos. Yo he ido un par de veces y es una muy linda experiencia, sobre todo porque los chicos se ponen muy contentos y se esfuerzan por explicarte lo que han ido haciendo en la tierra”, indica.
Trabajo en equipo
En esta octava edición el equipo de trabajo estará compuesto como es habitual por las ingenieras Ana Jensen, Verónica Zurita y Mariana Albertsen, a quienes se suman Analía Pastorino de Van Strien y Ariana Buzzi. Como viene ocurriendo hasta ahora, la cooperativa se hace cargo de todos los costos que abarcan la implementación de las huertas en cada una de las escuelas. Y también del premio final (hasta ahora ha sido un viaje a Tandil) para las escuelas que ocupan los tres primeros puestos del concurso que se realiza a fin de año en el que un referente de la Chacra.

Además, Alfa sigue trabajando en forma conjunta con la Escuela Agropecuaria, asumiendo la media beca de cinco alumnos que fueron siendo elegidos por su participación en las distintas ediciones de “Sembrando Futuro”, por el compromiso mostrado por el trabajo en la huerta. “Tenemos la muy buena noticia que este año egresa del secundario el primero de los chicos que entró becado por el programa”, cuenta Alex con satisfacción, porque es la muestra de que el proyecto tuvo continuidad y dio sus frutos.
Recetario
Con el paso de las ediciones el programa tuvo muy buenas derivaciones, como el uso de las hortalizas cosechadas en las escuelas que contaban con cocina; que los chicos se llevarán parte de la producción a su casa; que algunos replicaran las huertas en sus hogares; y también la confección de un recetario que estuvo supervisado por la nutricionista Carolina Zandstra, de distintas comidas que se pueden elaborar a partir de las verduras cosechadas.
“Es un proyecto que ha ido evolucionando y generando nuevas propuestas. Y si bien es importante el aporte de la cooperativa, es clave el trabajo que realizan las agrónomas. Ellas son fundamentales porque son las que van a educar y a enseñarles a los chicos. Como también es determinante el compromiso de las directoras y las maestras de cada una de las escuelas. Sin esa predisposición y entusiasmo tampoco sería posible que esto funcione”, reconoce y agradece el gerente.
A seguir sembrando futuro entonces.