El Gobierno había publicado hoy la habilitación del ingreso de carne con y sin hueso al territorio al sur del Río Colorado. Pero las provincias patagónicas presionaron con ir a la Justicia y el Senasa prorrogó el levantamiento de la Barrera por 90 días
Hizo tanto ruido la publicación en el Boletín Oficial la flexibilización de la Barrera Sanitaria como la decisión de dar marcha atrás tomada por el Senasa apenas pasado el mediodía. ¿Qué ocurrió entre las primeras horas del día el inicio de la tarde? Tomó fuerza el enojo y el reclamo de las provincias y los productores patagónicos; y la presión de la advertencia de que iban a hacer una presentación en la Justicia terminó con un parche: la prórroga del levantamiento de la Barrera por 90 días.
En la madrugada de hoy el Gobierno nacional oficializó la habilitación del ingreso de carne con hueso a la Patagonia, una región declarada libre de fiebre aftosa sin vacunación. La decisión quedó establecida en la Resolución 180/2025 del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), publicada en el Boletín Oficial con la firma de su titular, Pablo Cortese.

El texto de la resolución indica que los estudios sanitarios realizados por el Senasa no registraron circulación viral en el territorio nacional, lo que permitiría flexibilizar las restricciones sin comprometer el estatus de la Patagonia. La medida también se fundamenta en una evaluación de riesgo que determinó que la probabilidad de introducir el virus de la fiebre aftosa mediante el traslado de carne con hueso es insignificante.
La ofensiva de las provincias patagónicas fue escalando con el avance del día, ya que ante esta decisión pierden su status de zonas libres de aftosa sin vacunación, entrando en riesgo -según su interpretación- de perder mercados.
La primera gobernación en salir con los tapones de punta contra la Casa Rosada fue Río Negro. “Es una medida totalmente inconsulta, arbitraria y unitaria, tomada por un burócrata desde un escritorio en Buenos Aires, respondiendo quien sabe a qué intereses”, disparó el gobernador, Alberto Weretilneck.
Desde la administración rionegrina informaron que el mandatario ya elevó su reclamo al Gobierno Nacional y en las próximas horas “iniciará las acciones correspondientes para que se corrija esta medida que pone en riesgo el status sanitario y el trabajo conjunto realizado durante 20 años”.
Uno de los objetivos principales de la fallida normativa era reducir el costo de la carne en la Patagonia, donde los precios de los cortes vacunos son significativamente más altos que en el resto del país. Hasta ahora, en esa región solo podía venderse carne producida localmente, lo que generaba una oferta limitada y presionaba los valores al alza. Según informes recientes, en el Alto Valle de Río Negro y Neuquén, el precio del asado superó los $20.000 por kilo, más del doble del valor registrado en supermercados de la Ciudad de Buenos Aires, donde se comercializa a $8.200 por kilo.
El levantamiento de la prohibición permitiría aumentar la oferta de carne en el mercado patagónico, lo que podría generar una reducción en los precios y en los costos de distribución dentro de la cadena comercial.
El Gobierno de Río Negro descartó que efectivamente el ingreso de carne con hueso desde el norte de la barrera sanitaria vaya a significar una sustancial baja en el precio de la carne. Como ejemplo, aseguró que el 63% de la carne sin hueso que se vende en la provincia es ingresada al vacío desde el norte de la barrera y sus precios son relativamente similares a los de la carne producida y faenada en la región.
Por estos motivos, Weretilneck dijo que lamenta profundamente que “por el lobby de los grandes supermercadistas, que no son los que precisamente piensan en los intereses de la gente sino en los propios, y las grandes empresas importadoras de carne de otros países, nos condenan a un riesgo sanitario permanente y nos cierran las puertas a futuro de los mercados internacionales que tanto le costó conseguir a la Patagonia”.
El gobernador mostró su preocupación además porque “esta medida arbitraria tomada por quienes no saben absolutamente nada de lo que pasa en el interior del país, nos hace perder además múltiples mercados internos y llevará casi indefectiblemente a una crisis en la industria cárnica rionegrina y patagónica, afectando a miles de trabajadores que verán como comienzan a peligrar sus fuentes de trabajo”.

“Otra vez el centralismo porteño castiga a los que hicieron las cosas bien en la provincia, especialmente a los miles de productores ganaderos de nuestra provincia y la Patagonia, que ven cómo se les escurren entre los dedos todos los logros alcanzados gracias al esfuerzo de estos 20 años”, prosiguió.
Y continuó: “En Río Negro hicimos todo para mejorar: mejorar la genética, generar producción de granos para el engorde, correr la barrera agrícola, cuidar la sanidad a rajatabla, y todo lo que significó el sudor de la frente de nuestros ganaderos. No vamos a permitir que todo ese esfuerzo no valga de nada”.
“Quieren confundir a la gente diciéndoles que va a bajar el precio de la carne. Eso no es cierto. No pasó con los cortes sin hueso que ingresan desde el norte de la barrera y tampoco va a pasar con el asado. Seguramente nos tratarán de endulzar durante unos meses, pero con el tiempo la realidad será otra y los que ganarán serán los mismos de siempre: los empresarios del centro del país”, finalizó.

Desde Neuquén salió el secretario de Producción, Juan Peláez, y dijo que la medida fue “sorpresiva e inconsulta”. El gobernador Rolando Figueroa hoy estuvo en Buenos Aires y allí tuvo conversaciones con funcionarios de Ganadería y con el propio ministro de Economía, Luis Caputo.
¿Cómo se originó la Barrera Sanitaria Patagónica?
En 1999 se logró erradicar la fiebre aftosa con un plan de vacunación iniciado una década atrás siendo Argentina reconocido por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) como “País Libre de Fiebre Aftosa sin Vacunación” al año siguiente.
Sin embargo, un año después, en el 2000, la enfermedad reapareció, lo que obligó a rediseñar el plan. Toda la región al sur del Paralelo 42, que separa Río Negro de Chubut, se mantuvo inmune durante la epidemia, por lo que se resguardó la zona, implementando la barrera sanitaria tal como sigue vigente al día de hoy.
La línea trazada se marcó sobre el río Colorado creando una zona de vigilancia, la Patagonia Norte B (sin vacunación) y una “zona colchón”, la Patagonia Norte A, con vacunación. Tras la interrupción de la vacunación en toda la región patagónica en el año 2013, el total del territorio se encuentra en la misma condición, es decir, libre de la enfermedad y sin vacunación.
Con información de Senasa, Infocampo y Bichos de Campo