Las proyecciones de los especialistas indican que hoy los pronósticos de mediano y largo plazo marcan condiciones más favorables que en las últimos cinco ciclos
Con la mirada puesta en cómo se comportará el clima en la próxima campaña fina, dos especialistas pintaron un escenario bastante optimista, analizando lo que los pronósticos y los modelos internacionales muestran hoy. Sí, hoy, porque como siempre se encargan de aclarar los climatólogos, no se puede dar por sentado que el clima finalmente se comportará así.
“El evento La Niña ya finalizó y por lo menos hasta la primavera vamos a estar transitando un período de neutralidad, que no necesariamente significa lluvias normales”, explicó el licenciado Leonardo De Benedictis en su disertación mensual en el marco del ciclo de charlas virtuales de la DAN.

“Neutralidad significa que no hay ni El Niño ni La Niña, que estamos en una situación intermedia. Y las lluvias tienden a normalizarse durante el período del otoño y el invierno”, agregó el climatólogo.
“Por ahora las primeras tendencias están mostrando que en el inicio de la primavera habrá una característica más lluviosa, algo que en los años anteriores no se vio. No se observó en los pronósticos y tampoco ocurrió. En este caso se está viendo en los pronósticos, veremos si después se da en la realidad. Es decir, si este pronóstico se va afianzando o va cambiando”, completó De Benedictis.
Basta con repasar lo que fueron los últimos inviernos y primaveras para entender que es alentador el pronóstico que dejó el licenciado. “Por ahora la tendencia para septiembre es distinta a las tendencias que teníamos en el marzo del año pasado, en el marzo de 2023, en el de 2022, en el de 2021 y en el de 2020. Siempre las proyecciones de marzo para septiembre eran en general de lluvias por debajo de los promedios. Y después la realidad golpeó fuerte con la cantidad de años de sequía que tuvimos”, repasó.
“Así que veremos si esto se va manteniendo y si después se termina transformando en realidad o solo quedará como un pronóstico auspicioso y no mucho más”, indicó.
Un mensaje parecido dejó en su presentación la geógrafa María de Estrada en el marco del Primer Simposio de la Cadena de Trigo llevado a cabo la semana pasada en la Chacra Experimental Integrada Barrow. Analizando lo que puede ocurrir a en la salida del invierno y durante la primavera, indicó que “tras el debilitamiento de La Niña todo parece indicar que vamos a ir a condiciones neutrales”.
Luego se metió de lleno en el mediano plazo y mencionó con el trimestre marzo, abril, mayo (ya terminando el primero de los tres meses), nos indica condiciones de normalidad para la provincia de Buenos Aires. Eso quiere decir, por un lado, que se esperan lluvias dentro de los valores normales para estos meses”, explicó.

Este mes de marzo que está cerca de finalizar ya dejó un acumulado muy importante de lluvias, entonces es muy probable que eso se acomode con un poquito de déficit en lo que resta del trimestre. “A partir de la primera semana de abril uno esperaría un momento más de baja en la cantidad de lluvias, lo cual viene en general bastante bien para lo que son todas las labores de cosecha que es lo que se viene en la región”, manifestó la especialista, que es la responsable de la Chacra Experimental Miramar perteneciente al Ministerio de Desarrollo Agrario bonaerense.
Heladas
En cuanto a la ocurrencia de heladas tempranas, el licenciado De Benedictis comentó para brindar cierta tranquilidad que “no estamos esperando ahora el comienzo. Heladas concretas, generales, todavía no estamos teniendo, y las tendríamos recién a partir de entrado abril sobre el sur de la provincia de Buenos Aires y recién en mayo sobre el norte del área pampeana”.
Por otra parte, después de un marzo con tantas precipitaciones y generalizadas, “estas condiciones de humedad puede mermar bastante la posibilidad de tener eventos de heladas significativos”, agregó el meteorólogo. En tanto, hay que recordar que según los registros históricos de la Chacra de Barrow, la fecha media de primera helada en la zona de la experimental es el 23 de abril.
En este sentido, la geógrafa aportó que “el pronóstico de extremos que hace la UBA, que mide es la probabilidad de heladas o noches muy frías y mediodías muy cálidos, no daba la probabilidad de ocurrencia de heladas tempranas”. Y aclaró: “Puede ocurrir, pero no hay una señal clara para este período”.