“El común denominador de los últimos años fueron los extremos”, explicó el licenciado Leonardo De Benedictis. Así, los promedios que los especialistas utilizan como referencia a la hora de dar pronósticos “queden totalmente desdibujados”
Venimos de lluvias de hasta 400 milímetros en algunas zonas registradas en pocos días, de temperaturas superiores a 30 grados a fines de octubre o de una irrupción de aire frío que hizo que uno se acostara con la sensación que todavía era verano y se despertara sintiéndose en invierno. Se le pueden sumar las violentas granizadas con piedras de tamaños sorprendentes en varias regiones.

“El común denominador de estos últimos años en cuanto al clima fueron los extremos. Estamos pasando de una punta a la otra y ya esto de la normalidad o el promedio que uno tomaba como referencia a la hora de realizar un pronóstico quedando totalmente desdibujado”, explicó el licenciado Leonardo De Benedictis en su habitual intervención semanal en CAMPO total radio.
“Nosotros estamos muy acostumbrados y nos gusta cuando hablamos de pronósticos, sobre todo en el largo plazo, referirnos a valores promedio como referencia. Y cuando uno empieza a ver los valores que se vienen dando últimamente, esos promedios quedan totalmente desdibujados”, agregó.
“A veces la estadística nos marca valores dentro del promedio, cuando en realidad pasamos de un extremo al otro”, completó, y graficó con un ejemplo: si un mes no llovió nada y al otro 400 milímetros, el promedio del bimestre es 200. “Entonces, está bien, se mantuvo dentro del promedio, pero claro, yendo de una punta a la otra. Eso está pasando mucho, sobre todo en estos últimos seis, siete años”.
¿Es algo que llegó para quedarse? ¿Es el cambio climático? Para el especialista, no hay una respuesta contundente. “Estas características del clima son es algo a lo que nos tenemos que empezar a acostumbrar. Aunque puede ser que estemos en un pico de situaciones extremas y después puede aflojar un poco, eso puede pasar”, indicó.
Aunque insistió: “Pero en general deberíamos empezar a acostumbrarnos a que los promedios ya van a quedar un poco como para la estadística y nada más”.
“En la zona de Guaminí, durante el último tramo de febrero y los primeros días de marzo recibieron casi la misma cantidad de lluvia que en un año. Es decir, completaron el año en los primeros tres meses, incluso habiendo tenido un enero seco. Entonces, en tres meses pasaron de una sequía a esta situación extrema”, detalló en su participación en CAMPO total radio.
“Por eso insisto en que los promedios están quedando un poco desdibujados. La cantidad, en realidad, si uno mira y analiza el promedio anual, por ejemplo, o lo toma el promedio a nivel campaña, más o menos se mantienen. Pero es muy mala la distribución. Es el grave problema que estamos teniendo. Nos llueve todo junto en un mes y después no hay precipitaciones durante ochos meses”, agregó.
El corto plazo
En cuanto al pronóstico en el corto plazo, De Benedictis explicó que una vez que termine de pasar este pulso de aire frío intenso que estamos teniendo, vamos a entrar en un período de incremento progresivo de la temperatura. “Hasta el viernes los registros van a ir en aumento, lentamente. Y tenemos por delante una semana de tiempo totalmente estable para toda la provincia de Buenos Aires”, describió.
En tanto, en lo que respecta a heladas, no hay nada en el radar por ahora. “El viernes (por ayer) muy probablemente haya sido la jornada más fría de la primera quincena de abril. Y seguramente quede empatado con lo que ocurra durante la segunda quincena, que recién en la última semana del mes podríamos volver a tener algún descenso importante”, explicó.
El mediano plazo
Tras las abundantes lluvias que se dieron en todas las regiones desde fines de febrero, el escenario es ideal para el inicio de la campaña fina. “Arrancamos con un buen colchón de humedad y para el periodo del invierno no se esperan grandes sobresaltos con respecto a las precipitaciones. En general se van a mantener dentro de un rango medianamente aceptable”, indicó De Benedictis.
“Eso también genera que tengamos características de un invierno más benévolo, que no sea tan extremo, que se mantenga más cerca de los promedios”, completó, acá sí dándole importancia y sentido a los “promedios”.
Poniendo el foco un poco más allá, en la primavera, todavía hay muchas dudas. “Aún están sin definirse los parámetros globales que nosotros analizamos, tanto El Niño, como La Niña, que nos ayudan a saber por qué cauce puede llegar a ir la situación”, manifestó.
“Hoy todo parece indicar que lo más probable es que se mantenga en una situación neutral y eso genera que podamos tener una primavera por lo menos moderada, con lo cual no es un mal panorama a largo plazo”, indicó para finalizar su análisis.