La Cooperativa Rural Alfa cumple hoy 87 años de vida institucional y su gerente, Alex Vejrup, recorre las fortalezas y los desafíos que tiene la entidad en su búsqueda de seguir siendo competitiva
“Durante mucho tiempo se pensó, incluso todavía alguno puede creer que es así, que esta era una cooperativa exclusiva de los holandeses. Lo fue en sus inicios, es cierto, pero hace muchísimos años que eso cambió. Estamos abiertos al resto de los productores y hoy recibimos al que quiera trabajar con nosotros”, explicó el gerente Alejandro Vejrup en el inicio de la nota con La Voz del Pueblo.
Y comenzó así porque la charla estaba enmarcada en el nuevo aniversario de la Cooperativa Rural Alfa, que hoy está cumpliendo 87 años de vida institucional. Entonces, antes de que el grabador del celular marcara “on” hubo un repaso de fotos antiguas y un rápido recorrido por los inicios de la entidad fundada un 16 de abril pero de 1938, por un puñado de colonos holandeses.

En esos tiempos decidieron asociarse para enfrentar los problemas que tenían a la hora de producir, y también era un lugar de pertenencia, de juntarse a hablar el mismo idioma -literalmente- de sentirse parte.
“Además de la creencia de que tenés que ser holandés, se había instalado de que asociarse tenía un costo muy alto. Eso surgió porque en un momento había que pagar, pero estuvo relacionado con la inversión que habían hecho los socios para la ampliación de la planta de silos. Fue algo que duró cierto tiempo y que después se cambió”, contó el ingeniero que transita su quinto año en la gerencia de la cooperativa de la que además, al igual que su padre, es socio.
“Todo eso hizo que en algún momento fuera una cooperativa cerrada, pero hace varios años que cambió. Es una empresa que está abierta al resto de los productores”, insistió Vejrup como para despertar a cualquier desprevenido.
“Tenemos un proceso de concentración en la producción que se sigue dando paulatinamente, entonces uno como cooperativa se tiene que abrir, y es lo que estamos haciendo. Hoy podes operar asociándote o como tercero. Obviamente que por aumentar una tonelada de acopio no vamos a correr el riesgo de operar con cualquiera que no sea confiable. La prioridad siempre es cuidar la institución y al resto de los socios, que son los que siempre trabajaron, creyeron y confiaron en la cooperativa”, agregó para dejar las cosas claras.
Valor agregado
Entonces la charla volvió al inicio, y a los años recorridos. Alfa está cumpliendo 87 años y eso sin dudas es un activo para la cooperativa. “Es una institución con casi 90 años, no es una empresa que nació ayer o hace una década. Y eso para mí tiene un valor, más en un país como Argentina. Algunos los valorarán más, otros menos, pero no hay dudas de que es una cooperativa seria, que vivió un montón de vaivenes económicos y situaciones difíciles, y que está en pie y que nunca le falló a nadie”, aseguró con orgullo Vejrup.

Pero Alex no se confunde y entiende que la trayectoria tiene que ser acompañada por una renovación constante. “Vos tenés que seguir haciendo las cosas bien, renovarte, escuchar al socio, analizar los reclamos, las demandas y ver qué podés hacer mejor”, comentó.
En ese contexto hay un norte que Alfa no ha perdido nunca y su gerente entiende no debe modificar. “Nuestra cooperativa se formó para una función, asistir a los socios a nivel servicio de logística, almacenaje, comercialización de granos y demás. Y queremos mantener esa función. No queremos salir a arrendar campo para competir con el asociado, por ejemplo”, indicó.
“Creemos que la forma de crecer en volumen es que crezcan nuestros asociados. El crecimiento genuino de las toneladas tiene que venir por el socio, que es el productor que está en el campo, no de la institución”, agregó.
Primero el socio
La mirada y la estrategia de priorizar la misión que siempre tuvo la cooperativa hace que, si bien permanentemente están analizando realizar inversiones, “ya sea agregando capacidad de acopio o en algún proyecto de agregado de valor como una extrusora de girasol o un molino harinero”, el foco esté puesto en mejorar y ampliar el servicio al socio.
“Volvemos a lo mismo, ¿el objeto de la cooperativa es moler trigo? No. Entonces, si bien no quiere decir que en algún momento lo hagamos, hoy, en una situación de incertidumbre, porque hay que ver cómo sigue el ‘partido’ desde lo económico, lo financiero y los precios internacionales, nosotros preferimos frenar”, explicó.

“Priorizamos tener liquidez, que creo que en estos momentos de incertidumbre es muy importante, tanto para la cooperativa como para los productores. Y apuntar a asistir mejor la socio”, completó.
Así es, por ejemplo, que desde el 1º de abril la cooperativa tiene un ChatBot, para facilitarle al socio el acceso a su información, a su operatoria. “Es decir, estamos con cuestiones más blandas, ser más eficientes desde lo informativo, generando un acercamiento con el socio. Pero también buscando puntos de mejora en los servicios tradicionales”.
En este sentido, la cooperativa está analizando dos propuestas para poner en marcha un plan estratégico para planificar el rumbo de acá a diez años. “Eso es pensando a futuro, lo que es el corto plazo, la decisión de la cooperativa es estar líquida para dar soporte, hoy más que nunca el foco está puesto en el socio. Y dedicarnos a lo que sabemos hacer: comercialización, acopio, logística, servicio”, expresó Vejrup.
En definitiva, así llegó la cooperativa hasta acá. Ya pasaron 87 años, a la vista está que mal no le fue.