Desde lo agronómico es un cultivo que tiene todo a favor: fija nitrógeno, es de fácil manejo y libera temprano el lote. Por su valor energético puede entrar en planteos ganaderos para usarse en las raciones. Los ensayos de la Chacra de Barrow marcan el potencial de nuestra región. El gran déficit es la comercialización
En el amanecer de la nueva campaña fina, la arveja vuelve a mostrar sus credenciales con los resultados del ciclo pasado en la Red Nacional del cultivo, que es coordinada desde el INTA Arroyo Seco (Santa Fe) y que contempla el comportamiento de la leguminosa en varias localidades del país, incluida la Chacra de Barrow. Es el Ingeniero Cristian Appella el que comanda los ensayos en la experimental y quien le saca una radiografía a la leguminosa a pedido de La Voz del Pueblo para presentarla como una alternativa muy interesante para incluir en la rotación.

“La arveja es una leguminosa de ciclo corto, acá la estamos sembrando hacia fines de julio, principio de agosto; y la estamos cosechando los primeros días de diciembre, con lo cual nos permite una siembra anticipada de soja o maíz, sin que sean de segunda sino cultivos intermedios, con todos los beneficios que eso tiene”, indica Appella, quien lleva casi 10 años trabajando en la Chacra con la especie.
Nitrógeno y agua
Uno de esos beneficios es el residuo de nitrógeno que deja, que es altamente aprovechable para el cultivo siguiente. “La leguminosa realiza la fijación biológica del nitrógeno a través de su simbiosis con los Rhizobium específicos para arveja, que los comparte con lenteja y vicia”, explica el Ingeniero.
“Se han medido rendimientos para nuestra zona entre 900 y 1.000 kilos más -en otros lugares más de 1000 kilos- cuando es antecesor de maíz. Es decir, sobre ese maíz hay un plus de rendimiento por ese remanente de nitrógeno que deja la arveja”, comenta el técnico.
“En el caso de la soja el plus ronda los 400 kilos, que es el aumento de rendimiento por ir detrás de una legumbre en general”, completa.
Al ser un ciclo corto, la arveja consume menos agua y es más eficiente en su utilización. Claro que si el año es poco llovedor y le falta agua la merma en el rendimiento es más marcada que en un cereal. “Pero en cuanto a capacidad de uso del agua es mucho más eficiente que cualquiera de los cereales de invierno”.
Otra de las fortalezas que evidencia el cultivo es la adaptabilidad que marcó en nuestra zona, que se observa campaña a campaña desde hace casi una década en las evaluaciones que se llevan a cabo en Barrow. “Con rendimientos promedio de entre 2.500 y 3.000 kilos para las diferentes campañas, cuando el rendimiento promedio nacional está en los 1.800 kilos. En esta región su producción está muy por encima de lo que es la media”, asegura Appella.
No cierra el negocio
Todo lo bueno que venía brotando en el relato se desvanece al salir del lote y posar la mirada afuera de la tranquera. La comercialización es el lado oscuro de la arveja. “Los buenos rendimientos que se obtienen en esta región se contrarresta con el tema logístico, de flete y los gastos que se originan para la comercialización. En ese sentido, en esta zona tampoco hay ofrecimientos de contratos”, se lamenta Appella.

“Esto hace que el productor se tenga que mover para ubicar su producción, y los márgenes pasan a ser el punto débil a la hora de tomar la decisión de realizar este cultivo”, explica el Ingeniero. “Hoy los márgenes son muy finitos, incluso capaz que salís hecho”, indica.
Aunque aclara: “Pero incorporar este tipo de cultivo en la rotación resulta muy beneficiosos. Por el ciclo, por el uso del agua, por el nitrógeno, por cortar enfermedades y malezas respecto a los cultivos de invierno tradicionales de nuestra de nuestra zona, e incluso de girasol también”.
Sí cierra el negocio
El Ingeniero, además, destaca que la arveja puede entrar muy bien en un planteo ganadero, de modo de poder aprovechar todos los beneficios que ofrece desde lo agronómico y no sufrir el problema de la comercialización. “El productor que quiera hacer un ciclo cerrado puede producirla para después usarla en la ración de la alimentación de la hacienda. Por ejemplo, reemplazando el uso de la soja para la suplementación, e incluso se puede cortar una parte de lo que es energético, como el maíz, que se usó en las raciones. Ahí se puede utilizar la arveja porque tiene un valor energético también”.
En cuanto al manejo, es un cultivo bastante sencillo. “Obviamente que no se utilizan fertilizantes nitrogenados, lo cual también tiene ahí un beneficio en la incorporación de fertilización, ya que hace la fijación biológica solamente con algún fosforado de arranque”, explica el Ingeniero. “Luego requiere algún insecticida y fungicida hacia el estado de floración más que nada de forma preventiva”, agrega.
“La principal plaga es el pulgón, que se combate en ese momento de floración con cualquier insecticida de amplio espectro y que tenga poder ovicida” completa.
La evolución genética y los nuevos materiales que hay en el mercado también lograron que la trilla no sea una complicación. “La cosecha es fácil, se levanta en pie, y los materiales que hoy están en el mercado y que se comercializan, tanto amarilla como verde, tienen un porte importante, muy diferente al que tenían las variedades tradicionales como Viper y Facón, en el caso de esta última literalmente se caía”, cierra Cristian.
A continuación compartimos el informe de la Red de Arveja de la campaña 2024/25.