Así lo indica un estudio realizado por CREA y que fue expuesto en el Espacio Legislativo Interpartidario del Agro a pocas horas de que los derechos de exportación en los granos gruesos vuelvan a los niveles de enero. En tanto, el doble cultivo trigo-soja sólo sería viable en el 13% de la superficie agrícola
La finalización de la rebaja de los derechos de exportación en los granos gruesos a partir del próximo martes sigue cosechando reclamos y malestar entre los productores y las entidades rurales. Al tiempo que distintas organizaciones se han encargado de poner en cifras el impacto que tendrá en el producción retrotraer las retenciones al 25 de enero. Una de ellas fue CREA, que realizó una presentación ante legisladores en la que explicó que el 33% de la soja será inviable en el 80% de la superficie agrícola argentina.

“En el corto plazo los derechos de exportación distorsionan los precios relativos y promueven una menor producción agrícola, mientras que en el largo plazo tienen un impacto negativo sobre la sostenibilidad de las empresas, las cadenas de valor y la economía argentina”, indicó Ariel Angeli, líder de la unidad de Investigación y Desarrollo de CREA, durante una exposición realizada ante senadores y diputados nacionales que integran el Espacio Legislativo Interpartidario del Agro (ELIA) promovido por la Fundación Barbechando y que fue difundido en el sitio Contenidos CREA.
Soja
En lo que respecta a la planificación de la nueva campaña agrícola 2025/26, las proyecciones realizadas por la unidad de Investigación y Desarrollo de CREA, con los precios esperados a la fecha, muestran que el cultivo de soja de primera no lograría cubrir los costos de producción en un 39% del área agrícola en función del rendimiento promedio del último lustro para cada una de las regiones.
“Si se considerasen los márgenes proyectados de la soja de primera 2025/26 con un precio de la oleaginosa sin derechos de exportación, entonces el cultivo sería económicamente viable en casi toda el área nacional”, señaló Angeli.

“Sin embargo, los márgenes proyectados con precios de la soja gravados con un derecho de exportación del 33% tornarían inviable el cultivo en el 80% de la superficie agrícola”, alertó.
El estudio se da en un contexto muy sensible en cuanto a las retenciones: el próximo 1 de julio el gobierno nacional volvería a incrementar los derechos de exportación. En el caso del maíz y el sorgo, pasaría del actual 9,5% al 12%, mientras que para el poroto de soja crecería del 26% a 33%.

El estudio también contempló la situación del doble cultivo trigo/soja de segunda, una práctica muy común en esta región cuando hay humedad para poder sembrar el cultivo de segunda y una herramienta que muchas veces logró corregir un mal resultado económico de la fina. Claro que con el regreso de los derechos de exportación al 33%, tornaría inviable el negocio en el 87% de la superficie agrícola.
Maíz
En lo que respecta al maíz 2025/26 (ponderando temprano + tardío), con los precios actuales esperados a cosecha -según la referencia del mercado de futuros agrícolas A3- el cultivo sería viable económicamente sólo en la mitad del área nacional, mientras que con un aumento del derecho de exportación al 12% esa cifra se reduciría al 39%.
“La proporción territorial de la inviabilidad económica del negocio agrícola 2025/26 se incrementó de manera notable en las últimas semanas a causa del deterioro de los precios internacionales de los principales granos, lo que es particularmente grave en las regiones más alejadas de los puertos y con condiciones más marginales para la agricultura”, expuso Angeli.
Menor tecnología
Además del área potencial que podría no sembrarse en la campaña 2025/26, también es necesario considerar el impacto de la menor inversión en tecnología.
En ese sentido, Angeli explicó que existe una correlación histórica robusta entre el precio de los granos y las dosis de fertilizantes aplicadas. Sin derechos de exportación, la mejora esperada que habría en el precio de los granos (+12%) se traduciría en una mayor dosis de fertilización (+6%) en la primera campaña posterior a la implementación de la medida y, en tal escenario, es factible proyectar un incremento en la producción de cereales (+2,0% en maíz y +2,7% en trigo) que equivaldría a un aumento de las exportaciones por más de 300 millones de dólares a valores FOB actuales. Un efecto similar podría estimarse en el cultivo de soja con mayor aporte de nutrientes.
En el cierre de su presentación, Angeli, sin desconocer la situación macroeconómica actual de la Argentina, destacó que “existen razones para poner el foco en los derechos de exportación porque afectan la sostenibilidad de los sistemas productivos y la capacidad de incorporar tecnología para incrementar la producción y el valor agregado en la cadena agroindustrial”.