Las heladas pusieron primera y frenaron la segunda

En la madrugada del viernes se dio el primer evento generalizado y de larga duración. Se terminaron las expectativas para los cultivos de segunda que todavía podían ir por más

No había mucho margen para que el período libre de helada se extendiera demasiado. La fecha media del primer evento según los registros históricos de la estación meteorológica de la Chacra Experimental Integrada Barrow es el 23 de abril. Así fue que no ha sido una sorpresa lo ocurrido entre la madrugada y la mañana del último viernes, siendo ya el 3 de mayo.

“Ocurrió al primera helada generalizada de larga duración, con registros de 1,7 grados bajo cero desde las 3 am hasta las 8 am”, comentó el ingeniero Pablo Errazu. ¿Entonces? “Se terminó la expectativa con los cultivos de segunda que todavía tenían hilo en el carretel. La llegada de la primera helada aguantó hasta donde pudo…”, completó con la mirada productiva del dato meteorológico.

Desde la Estación local del Servicio Meteorológico Nacional, en tanto, se informó que el viernes hubo un registro de 1,5 grados bajo cero (a las 7.45 horas) y una sensación térmica de 3,2 grados bajo cero.

¿Fin de ciclo?

A pesar de que la primera helada en promedio de la zona es el 23 de abril, “este año las expectativas en que el otoño se alargara era muy grandes, ya que los cultivos de segunda venían retrasados en las zonas donde la seca de enero, sumada a la de marzo, retrasaron los cultivos. Y con la posterior lluvia nos ilusionamos con un final de ciclo que podría ser positivo”, explicó el presidente del Centro Regional de Ingenieros Agrónomos de Tres Arroyos (CRIATA).

“Más allá que el crecimiento no es el mismo en abril que en febrero, los cultivos, como el maíz de segunda, venían completando el ciclo como podían. Están muy marcados los ciclos de madures de cada uno, donde los más largos se veían mejores, pero es probable que en calidad de grano le ganaran los cortos”, agregó Errazu.

Según las estadísticas meteorológicas de la CEI Barrow, la primera helada agronómica extrema desde que se toman registros en 1938, sucedió el 1° de enero de 1987, con -1.4ºC

En este sentido, el ingeniero indicó que “en la generalidad de los cultivos el peso de 1.000 granos tiene un alto impacto en el rinde, donde podemos pasar a mermas del 30 – 50% sólo porque no llenó bien. Y en nuestra zona los maíces de segunda son muy dependientes del ciclo para llegar con calidad de grano a cosecha, por lo que muchas veces ‘la pinta es lo de menos’”.

Mientras que los maíces tardíos ya estaban ya casi estaban listos, a los de segunda, esta helada les cortó el ciclo.

En cuanto a sojas de segunda, “muchos lotes ya fueron cosechados, con rindes dispares según zona y fecha de siembra que rondan los 700 – 2.000 kilos por hectárea, y los que venían muy retrasados tenemos que ver con qué peso de granos terminan, pero había lotes que aún estaban verdes”. A esos la helada los afectó.

Respecto al girasol de segunda, “un cultivo que según los años aumenta superficie, genera buenas expectativas. Además, tolera más las heladas con otros cultivos. Aunque hasta que no entra la cosechadora nunca sabemos qué rinde tendrá”.

Para tener en cuenta

Se denomina helada temprana porque no se produce en invierno y normalmente lo que hay es un evento y no una sucesión de heladas. Entonces, en caso de que tras esa primera ocurrencia el clima sea benigno unos días más, no es tan perjudicial. Si bien corta lo que es la producción de flores, no interrumpe el llenado de granos.

Por otra parte, la helada agronómica es la temperatura igual o inferior a 0ºC, medida en termómetro de mínima, pero a la intemperie y a 5 centímetros del suelo. Se diferencia de la helada meteorológica, que es la que se mide en el abrigo o casilla meteorológica. Si bien cuando se habla de helada se tiene en cuenta la observación en abrigo, a la intemperie la temperatura puede ser mucho menor.

Si bien cuando se habla de helada se tiene en cuenta la observación en abrigo o casilla meteorológica, a la intemperie la temperatura puede ser mucho menor

“Hay que tener en cuenta que siempre es más grave el daño de una helada con días secos y baja humedad relativa, que a que ocurra con condiciones más húmedas”, explicaron los ingenieros consultados.

“Asimismo es imprescindible considerar la duración y la intensidad de la helada, las condiciones meteorológicas de los días anteriores, tales como duración del día, temperaturas máximas, nubosidad, rocío, viento, etc., que podrían atenuar los efectos perniciosos”, aclararon.

El cierre va con un interesante dato: según las estadísticas meteorológicas de la CEI Barrow, la primera helada agronómica extrema desde que se toman registros en 1938, sucedió el 1° de enero de 1987, con -1.4ºC.

Compartí esta noticia en: